La Casa del arquitecto Rubens de Mendonça, conocida como la "Casa de los Triángulos" (1958), fue el fruto de una construcción inspirada en el movimiento del hormigón, sumado al paisajismo de jardines.
El arte del concreto utiliza formas y colores primarios. Los objetos estaban destinados a ser exactamente (en concreto) como los vemos, sin aludir a los elementos del "mundo real".
Construido en un terreno en pendiente, la Casa de Mendonça fue construida sobre pilares de distintas alturas. La entrada lateral se encuentra en el entresuelo, que de inmediato acentúa la rica interacción de espacio por encima y por debajo del vestíbulo, y las diversas dimensiones de los volúmenes interiores.
La opacidad de los exteriores y las fachadas sin ventanas contrasta con la transparencia y la ligereza de la doble altura de sus techos y ventanas con vistas a los jardines.
La "Casa de los Triángulos" celebra la geometría en cada detalle: desde los volúmenes de los espacios en la fachada frontal, el patrón de las secciones de los ocho pilares, hasta las paredes e incluso el césped en el jardín.
Esta obra de arte brasileña encuentra paralelismos y contrastes en otros dos edificios de América Latina: la Casa Planchart (1954) por Gio Ponti en Caracas y la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México (1952) de Juan O'Gorman, Gustavo Saavedra y Juan Velasco.
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