La producción y manufactura de plástico consume el 7% de las extracciones globales de petróleo, y luego de su usualmente corta vida útil, los productos plásticos dejan su huella en el planeta terminando en rellenos sanitarios, en emisiones de carbono por incineración o -peor- en las grandes manchas de basura del Pacífico o del Atlántico.
Al parecer, esto podría cambiar, y no en enormes plantas de procesamiento sino en la casa de cada uno de nosotros: una empresa japonesa ha desarrollado una máquina para convertir plástico de vuelta en petróleo.
Según indica un artículo de Our World 2.0, el aparato creado por la firma utiliza un calentador eléctrico en lugar de llamas, por lo cual no produce contaminación. El mismo puede procesar plásticos de tipo 2 y 4 (poliestireno, poliestireno y polipropileno, pero no de tipo 1 (botellas PET), y el resultado que produce es un gas de crudo que podría alimentar a generadores y estufas o ser refinado para dar energía a un vehículo. Con un kilo de plástico se puede producir un litro de petróleo, consumiendo un kilowatt de electricidad.
Actualmente la versión más pequeña de la máquina se comercializa por 9500 dólares en Japón, pero la empresa espera que pueda ser más accesible en el futuro.
De acuerdo a Blest, responsable de la máquina, la idea no es sólo reciclar el plástico para que no termine en rellenos sanitarios o quemado, sino también para que las personas puedan ver el valor de los descartes de este material. Si las personas saben que pueden convertir a este material en otro valioso, los descartes dejan de parecer basura.
Claramente esta máquina no es la solución a la adicción que tiene nuestra sociedad con el plástico: más que reciclar este material, lo que necesitamos es replantearnos cuál es el punto de gastar enormes cantidades de materias primas y energía para producir juguetes, empaques y productos que utilizamos unos segundos para luego tirarlos a la basura.
Sin embargo, un invento como este sirve para ver el valor detrás de esas cosas a las que llamamos basura, para educarnos y ayudarnos en la transición. ¿Qué opinan?
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