El proyecto para el Estadio de Burdeos, Francia, diseñado por los arquitectos Herzog & de Meuron expresa con sus formas, lo que es la arquitectura del siglo XXI
Su volumetría es un gran pabellón, que si bien remite a la arquitectura moderna, evidencia dos de los recursos que caracterizan a la arquitectura del nuevo milenio: la transparencia y la ligereza. En contraste con su estructura ligera y abierta, el estadio es una obra arquitectónica a la vez monumental y elegante que se adapta al paisaje de Burdeos.
La arquitectura que da forma al estadio, combina tres elementos: la envolvente que contiene el juego y sus espectadores, el elemento de transición entre el campo de juego y el entorno exterior y, por último, el aspecto general. El enfoque de Herzog & de Meuron para resolver este proyecto fue reinterpretar estos tres elementos reflejando las características específicas del lugar.
El objetivo de los creadores del proyecto fue presentar un objeto arquitectónico en el que se combinaron la más alta calidad funcional con una identidad única. Junto a los elementos antes mencionados, la funcionalidad y la fuerte identidad, dotan al proyecto de una dimensión emocional que el público puede sentir, y que está indisolublemente ligada a la función tradicional de los estadios deportivos.
Con capacidad para 43.000 personas, la geometría del edificio ofrece una visibilidad óptima para todos los espectadores y máxima flexibilidad de capacidad y uso. El estadio se resolvió en dos niveles superpuestos divididos en cuatro sectores y protegidos de la intemperie por una cubierta homogénea, formada por una serie de bandas concéntricas que permiten filtrarse a la luz del sol gracias a su inclinación.
Esta estructura de cubierta abierta no es visible desde el interior del estadio, evitando distraer así, la atención de los espectadores.
Un basamento que se levanta desde el nivel del acceso, alberga los palcos VIP, así como zonas para los medios de comunicación junto a espacios para los jugadores.
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