Pero la que nos importa por el momento por aplicarse al campo arquitectónico es la nanotecnología, ya que ésta tecnología supone la manipulación y aplicación de materiales, aparatos y sistemas funcionales a través del control de la materia a nano escala, y la explotación de fenómenos y propiedades de la materia a nano escala. Estos materiales presentarían propiedades de resistencia tanto sísmica como ante incendios, respondiendo ante el calor y de igual manera al frío, proporcionarían ahorro energético, seguridad, higiene y salud, lo que proporcionará un bajo costo.
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Algunos ejemplos que se pueden citar actualmente son: El concreto ductal, que se encuentra armado con fibras metálicas con una resistencia 6 u 8 veces mayor al tradicional, pero más dúctil.

El hormigón con fibra de vidrio, con barras de refuerzo V-ROD incorporado, para puentes y edificios cercados por el mar o en contacto con un medio ambiente húmedo.
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Y el hormigón translúcido, que incorpora la fibra óptica, permitiendo el paso de la luz.
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El Kevlar, que se aplica como revestimiento en columnas de puentes y edificios, y es cinco veces más resistente que el acero.
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La fibra de carbono, cuyo uso se ha convertido estratégico y obligatorio en el sector de la aeronáutica, en términos tecnológicos y económicos.
Son solo uno ejemplos para citarse, pero hay enorme cantidad de tecnologías para aplicarse, pero la pregunta es, ¿cuántos países y cuándo se podrá aplicar esto?
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