Gráfico que demuestra el alcance del derrame en la superficie: los puntos verdes indican hábitats de pájaros, los violeta playas, los amarillos de peces, los azules de aire contaminado, y las cruces rojas señalan playas a las que ya llegó el crudo. Para entender la magnitud, ver el área en un mapa más grande. ©Infographic World.
Algunos días atrás se informó aquí sobre el desastroso derrame de petróleo que tuvo lugar a fines de abril en el Golfo de México.
Durante los días siguientes, el derrame se extendió y las estimaciones más optimistas indicaban que para el 12 de mayo ya se habían derramado 9,8 millones de galones (37 millones de litros). Las más pesimistas hablaban de más de 55 millones de galones o 208 millones de litros.
Pero cuando parecía que el problema no podía ser peor, informes recientes comenzaron a alertar sobre enormes derrames subterráneos que no se veían en la superficie y que agravan seriamente la situación.
Informa The New York Times que un grupo de científicos de diferentes universidades que se encuentran investigando el área en la 'Misión Pelícano' indicaron que hay una cantidad "alarmante" de crudo en las profundidades del océano.
Estas 'columnas' de petróleo están a diferentes profundidades (dos identificadas, a unos 700 y 1280 metros, respectivamente), y estarían agotando el oxígeno del agua rápidamente, lo cual podría causar la muerte de la mayoría de la vida marina de alrededor en un par de meses.
La explicación sobre este 'hundimiento' podría estar en una de las acciones que se llevaron a cabo para controlar el derrame: la aplicación de químicos para 'concentrar' o 'dispersar' el crudo en bolitas que luego flotarían. Los científicos sospechan que las bacterias aplicadas para crear estas bolitas están consumiendo el oxígeno rápidamente, y que las bolitas serían demasiado pequeñas como para subir a la superficie rápidamente y por ello estarían en la profundidad.
Uno de los problemas es que el oxígeno tarda mucho tiempo en llegar a las profundidades del océano, y al ser consumido de manera febril podría afectar gravemente a la vida marina o crear zonas de mar muerto.
Desde BP aseguran que los dispersantes están funcionando, pero el hecho es que éstos nunca habían sido usados en un derrame en profundidades, por lo cual su eficiencia en este caso no estaría probada. Mientras el problema se agrava, AP segura que el gobierno de Estados Unidos ha enviado una carta a BP instando a la empresa a aclarar en detalle cómo planea limpiar el desastre. Aunque, al margen de quién pague por la solución, las consecuencias de este derrame todavía no se han visto en su totalidad.
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